Reformar una vivienda implica mucho más que rediseñar espacios o actualizar acabados. Una parte crítica del proceso, y a menudo pasada por alto, es la adecuación de la instalación eléctrica a la normativa vigente. No hacerlo correctamente no solo expone a sanciones administrativas, sino que pone en riesgo la seguridad de los ocupantes. En este contexto, es imprescindible conocer con precisión qué exige el marco legal actual y cómo aplicar cada requisito en los trabajos de renovación eléctrica.
En nuestra labor diaria como instaladores autorizados, verificamos que cada intervención cumpla escrupulosamente con el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión (REBT), una normativa que establece los criterios técnicos y de seguridad exigidos por el Ministerio de Industria. Este reglamento no solo afecta a las nuevas construcciones, sino que rige con total vigencia en cualquier tipo de reforma doméstica, especialmente cuando se modifica o amplía la red eléctrica.
Requisitos legales para instalaciones eléctricas reformadas
Toda reforma que altere el trazado, el número de circuitos o la potencia contratada requiere que la instalación eléctrica sea actualizada según el REBT. Esto incluye la distribución interna, el cuadro eléctrico y los elementos de protección. La potencia mínima exigida, la sección de los conductores, la previsión de circuitos independientes para determinados electrodomésticos o estancias, y la obligatoriedad de dispositivos de protección diferencial son aspectos normativos no negociables.
También es imprescindible que la instalación sea realizada por un electricista autorizado, y que tras finalizar los trabajos, se emita el correspondiente boletín eléctrico o certificado de instalación eléctrica, documento sin el cual no se podrá dar de alta el suministro o realizar ampliaciones de potencia.
Reformas integrales y actualización de cuadros eléctricos
Uno de los elementos que con mayor frecuencia debe renovarse durante una reforma es el cuadro de distribución. Los cuadros antiguos, sin protección diferencial o con magnetotérmicos obsoletos, no cumplen con los estándares actuales. En una reforma completa, el cuadro debe incorporar interruptores automáticos, protección diferencial y protector contra sobretensiones. Además, es fundamental prever espacios para futuras ampliaciones, una exigencia cada vez más común ante la creciente demanda de energía por parte de equipos informáticos, aires acondicionados o electrodomésticos de alta gama.
Las viviendas reformadas deben disponer, como mínimo, de cinco circuitos independientes: alumbrado, tomas de uso general, cocina-horno, lavadora-lavavajillas y climatización. En viviendas de mayor superficie, se exigen circuitos adicionales. Cada circuito debe tener su propia protección magnetotérmica y respetar los calibres indicados en la normativa.
Zonas húmedas y exigencias de seguridad
La normativa eléctrica actual pone especial atención en las zonas húmedas como baños y cocinas, donde los riesgos de accidente se multiplican. En estas áreas, se imponen distancias mínimas entre los puntos de agua y los elementos eléctricos, y se exige el uso de materiales con protección IP adecuada. Además, los mecanismos deben contar con toma de tierra y, en muchos casos, debe instalarse un interruptor diferencial exclusivo para estos espacios.
También es imprescindible la correcta instalación de la toma de tierra general, elemento que sigue siendo uno de los grandes olvidados en las reformas parciales. Cualquier derivación sin conexión a tierra representa un peligro potencial y constituye una infracción grave del REBT.
Certificación y boletín eléctrico tras la reforma
Una vez finalizada la reforma eléctrica, y antes de solicitar el alta o modificación del contrato de suministro, es obligatorio presentar el certificado de instalación eléctrica firmado por un profesional autorizado. Este documento garantiza que la instalación cumple con todos los requisitos técnicos y de seguridad establecidos por la normativa vigente.
Dicho certificado debe estar registrado en el organismo competente de la comunidad autónoma correspondiente. En muchas regiones, este trámite se realiza de forma telemática, y en algunos casos se exige también una memoria técnica o incluso un proyecto eléctrico si la instalación supera determinados límites de potencia o complejidad.
En viviendas reformadas, este boletín es igualmente necesario para modificar la potencia contratada, sustituir el contador o cambiar de compañía distribuidora. En ausencia del mismo, cualquier gestión ante la comercializadora quedará bloqueada.
Cambios de potencia y adecuación de la instalación
En muchas reformas se aprovecha para solicitar un aumento de potencia eléctrica debido al uso de nuevos electrodomésticos, sistemas de climatización o cargadores de vehículos eléctricos. Para que esta ampliación sea viable, la instalación debe estar completamente adaptada al REBT. Esto incluye la verificación de la sección de los cables, el calibre de los automáticos y la capacidad del interruptor general.
En caso contrario, la compañía distribuidora puede denegar el aumento de potencia o incluso exigir una inspección completa de la instalación. No basta con modificar el contrato; es imprescindible que toda la red interna soporte la nueva demanda energética sin comprometer la seguridad del inmueble.
Obligaciones ante inspecciones y revisiones periódicas
Las viviendas no están exentas de sufrir inspecciones técnicas, sobre todo en comunidades de propietarios o edificios con instalaciones antiguas. Si durante una reforma no se ha regularizado la instalación eléctrica conforme al REBT, el propietario podría enfrentarse a sanciones económicas o, en el peor de los casos, a la obligación de rehacer la instalación completa.
En edificios plurifamiliares, la revisión de la instalación común, los contadores y las derivaciones individuales también forma parte del cumplimiento normativo. Si se detectan anomalías, la empresa distribuidora puede cortar el suministro hasta que se subsanen.